La galería Javier López inaugura el próximo martes 10 de febrero una exposición individual del artista francés Xavier Veilhan.
La línea más reciente del trabajo de Veilhan son una serie de fotografías a gran escala, cuya simplicidad visual contrasta con una compleja , misteriosa e implicita narrativa.
Veilhan crea los escenarios y el vestuario de sus fotografías de una manera intencionadamente tosca. Un cucurucho de papel sirve de falda y una simple tira del mismo simula la parte superior de una sandalia. Pero esta simplificacion de las formas, se intensifica todavia mas por el modo en que Veilhan manipula las imágenes por ordenador con un programa que reduciendo y matizando los detalles , iguala los valores de la foto.
Ya con anterioridad y en su obra escultórica, Veilhan habia simplificado los objetos a sus formas más elementales, alterando sus representaciones específicas en signos y símbolos abiertos a la interpretación. Estéticamente, esta simplificación de las formas se ve claramente continuada en las fotografías. De esta manera, aunque las acciones representadas en las fotos son bastante específicas, la reducción de los detalles visuales deja a los personajes, al tiempo y al escenario como ambiguos y misteriosos. Cada fotografía, en efecto, se convierte en un símbolo que representa una compleja historia, una historia que depende totalmente de la reacción del espectador ante la imagen.
Veilhan está interesado en una visión contemporánea de la pintura histórica, que tuvo la función que ahora tienen nuestras medios informativos. Por eso, el artista, resalta el aspecto narrativo de sus fotografías. El método de composición de estas es similar al de una pintura histórica. Tal y como los artistas solían hacer bocetos separados del paisaje y las figuras y luego combinarlos en el resultado final del cuadro, Veilhan fotografía sus escenarios y personajes individualmente y luego les fusiona en el ordenador. De cualquier modo, así como las pinturas históricas se refieren a acontecimientos específicos, las fotografías de Veilhan no imponen límites en su narrativa, inspiran al espectador a imaginar infinitas series de posibilidades.